La voz a ti debida
Y así, cuando se desdiga
de lo que entonces me dijo,
no me moderá el dolor
de haber un dicha
que yo tuve entre mis brazos.
igual que se tiene un cuerpo.
Creeré que gue soñado.
Que aquello, tan de verdad,
ne tuvo cuerpo, ni nombre.
Que pierdo
una sombra, un sueño más.
Y así, cuando se desdiga
de lo que entonces me dijo,
no me moderá el dolor
de haber un dicha
que yo tuve entre mis brazos.
igual que se tiene un cuerpo.
Creeré que gue soñado.
Que aquello, tan de verdad,
ne tuvo cuerpo, ni nombre.
Que pierdo
una sombra, un sueño más.